Entrevista con Muluk Ruya

Por Nanne op ‘t Ende
Kauda
27 de marzo de 2006

Muluk y yo  nos conocimos en Koia en 1998 (Ver: La peste de los cadáveres). En ese entonces él era segundo teniente, trabajaba con los ingenieros. Después de la firma del cese al fuego se volvió oficial de enlace para el SPLA1 y trabajó con el Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas. En la actualidad ha renunciado ya a las fuerzas armadas, y ha abierto su propia compañía de para desactivar minas

Muluk Ruya

Mi nombre es Muluk Ruya. Nací en 1969 en Eldro-lorai; Nugorban Payam; condado de Kadugli. Antes de unirme al SPLM2/A fui estudiante en la escuela Enyemme Intermediate.

Me integré al SPLM/A en 1987, junto con algunos compañeros de clase, como Geneif John al Fudel, Eliyas Ismael, Yusif Ayoub y otros. Caminamos desde las montañas Nuba hasta Etiopía y cruzamos el río Nilo; el trayecto nos llevó alrededor de 45 días, hasta que llegamos a nuestro destino. Llevé a cabo mi entrenamiento general en  Beilfam, Etiopía. En esa época estaba en el poder Mangisto Mariam.

Después del entrenamiento regresamos [a las montañas Nuba] en marzo de 1989. Formábamos cinco batallones bajo el mando del comandante Abdulaziz (Adam el-Hilo) cuando llegamos a Fama y Koronko en julio. Nuestro batallón se desplegó en la zona oeste de Jebals; a nuestro destacamento se le llamó Takali bajo el comandante Ismeal Khamis Jelab –quien ahora es gobernador del Estado de Kordofán del Sur/Región de las montañas Nuba. Con el paso de los años alcancé el rango de coronel.

Tú y yo nos conocimos en la batalla de Koia en 1998. Cuando te vi me puse muy contento: estabas dando cobertura a lo que sucedía en las montañas Nuba durante la guerra. Y encontrarte ahora, en tiempo de paz, es algo muy, muy, agradable

En ese entonces tenía bajo mi mando al modesto Batallón 21. Me desplacé de Kurchi a Koia, donde preparábamos a la gente para atacar al enemigo –que ahora, desde que firmamos la paz con él, se ha hecho nuestro amigo. No estábamos listos para dar batalla, pero nuestras fuerzas sí tenían la moral lo suficientemente alta como para ello.

El comandante Ismael Khamis Jelab controlaba a todas las fuerzas armadas; en esa época el comando regional recaía en él. Muchos oficiales participaron en el ataque. Contábamos con Majlos y Mudir y mucha gente más. También estaba ahí el brigadier Aized, lo habían ascendido a brigadier; ahora está al mando de las fuerzas restantes. Está por aquí, puedes visitarlo si quieres.

Si deseas hablar acerca de la preparación del SPLA en ese entonces, te diré: nuestra condición era mala, porque los de Riek Michar habían formado una facción contra el SPLM. Justo en 1997, 1998, nuestra situación era mala. Tratábamos sobre todo de detener al enemigo dentro [en las guarniciones]. Y luego teníamos que estar listos ante más fuerzas; pero nos las arreglamos para echarlo fuera. Mientras el soporte logístico era muy malo, nuestro ejército tenía la moral en alto porque estaba muy comprometido con su lucha.

Comenzamos temprano en la mañana con un bombardeo de artillería. Creo que iniciamos el ataque alrededor de las dos de la mañana. En esa ocasión expulsamos al enemigo, y ya no regresó. Pero al finalizar el ataque nos encontramos con el terreno lleno de minas, y algunos soldados fueron heridos al explotar minas antipersonales.  De hecho, tres murieron y otros cuatro resultaron heridos. La SLIRI3 [Iniciativa de la Información y de la Respuesta de la Mina Terrestre de Sudán] está ahora muy ocupada limpiando el lugar, pero va demasiado lenta.

¿Pensé que habían despejado Miri de manera muy efectiva?

No, la SLIRI no se encargó de Miri; eso estuvo en manos de RONCO [una compañía estadounidense con un buen equipo] de Mozambique.

¿Qué ha sido de ti en estos años?

Cuando la batalla de  se dio, era teniente segundo. Estaba conduciendo muchas, muchas, batallas. Cerca de un año después de Koia, se me ascendió a primer teniente. En 1999 me hirieron en un brazo, en un lugar de nombre Delabaya. Ahora ya está bien. Me promovieron de nuevo, a teniente coronel primero y, luego, a coronel. Continuamos luchando hasta la firma del acuerdo del cese al fuego en 2002.

Se me encargó entonces participar en actividades de monitoreo con la JMC [Joint Military Commission, Comisión Militar Conjunta], y pasé seis meses en ella. A algunos se nos eligió para trabajar ahí y tuvimos que tomar diferentes cursos. Tuvimos uno aquí en Kauda, como oficiales del SPLA. Nos graduamos después de 21 días. El norwegian [brigadier] general [Jan Erik] Wilhelmsen de la JMC vino personalmente y realizó una presentación con el comandante Abdelaziz [Adam el Hilo]. Después de eso nos juntamos: tres oficiales del Gobierno de Sudán, tres del SPLA y dos o tres internacionales [como observadores]. Nos hicimos cargo de un sector, usando sólo un carro, trabajando como equipo.

¿Fue muy difícil trabajar conjuntamente con tu antiguo enemigo?

Seguimos [el programa] que nuestros líderes habían acordado. Para nosotros, los oficiales, no fue difícil. Teníamos nuestras órdenes: seguirlas es lo que se suponía debíamos hacer. Al principio todo mundo se resistía I [para demostrar a su gente que no estaban simplemente evitando responsabilidades]. Y en ocasiones era muy difícil visitar algunos lugares. Si había violaciones, querías investigar a fondo. Es posible que en ciertos momentos el Gobierno de Sudán escondiera información; podía guardarla –y eso era difícil de manejar. O el entrar a algunas guarniciones donde jamás habías estado antes.

Como fuera: comenzamos, y después se fue haciendo más fácil. Empezamos a confiar unos en otros como seres humanos. Pese a esto, en lo que a nuestros principios se refiere pienso que no confiamos en el otro [lo suficiente] como para delegarle nuestros compromisos. No voy a [abandonar sencillamente] mis principios: quiero mi libertad. Pero puedo dejar de pelear, y luego puedo ver por mi pueblo, que está sufriendo. El acuerdo de cese al fuego fue uno de carácter humanitario, para que las  [organizaciones] internacionales le trajeran comida a la gente, porque el daño era demasiado.

Esa es la razón por la que también nos comprometimos con lo que firmamos. Le transmitimos un mensaje a nuestro pueblo: deben saber por qué estamos luchando. Puedes observar los cambios; mucha gente huyó en aquél entonces, pero ahora está regresando. Esto es lo que estamos diciendo: a nivel político, aún estamos luchando por [los mismos objetivos]; pero confiamos en ellos como seres humanos. La mayoría de la gente que peleaba contra nosotros, son nuestros hermanos. Por eso queremos que comprendan [por qué estamos peleando].

Pienso que la JMC fue buena: fue exitosa y amistosa, estaba ayudando a muchas personas. Aún en caso de que los comandantes del SPLA tuvieran necesidad de trasladarse a cualquier lugar yo podía asistirlos con un helicóptero. Si alguien enfermaba, la Comisión se hacía cargo –fue buena con la gente en la zona Nuba..
Al pasar esos seis meses fui asignado al Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas, la sección de las Naciones Unidas que trabaja con las minas terrestres. Nuestra base estaba en Kadugli; a la sección se le llamaba Oficina de Actividades Relativas a las Minas de la región Central. Yo era un oficial de enlace entre el  SPLA, el Gobierno de Sudán y las organizaciones internacionales. Estuve con ellos desde 2003 hasta 2005, cuando se me reasignó. Fue una buena época; nos encargábamos de la coordinación y trabajábamos junto con la JMC.

¿El trabajo de la Oficina consistía en localizar las minas?

En primer lugar teníamos que lograr un acuerdo con las fuerzas, las cuales guardaban información acerca de la ubicación de las minas. En segundo, apelábamos a las autoridades: “Ustedes, autoridades: den prioridad a estas áreas, para la firma de acuerdo, de manera que cualquier organización [humanitaria o comercial] pueda limpiar esta tierra.” Después de esto, los oficiales de enlace del Gobierno y del SPLM firmábamos; las Naciones Unidas firmaban, y le dábamos el compromiso de limpiar el área a cualquier otra organización humanitaria. Una vez que había cumplido con su encargo, íbamos al lugar para revisar que todo estuviera bien hecho, para que la gente realmente pudiera aprovechar la tierra. Eso es lo que estuve hacienda hasta 2005.

¿No fue muy difícil para ambas partes decir “tengo mis minas terrestres aquí y allá”?
No, no, no –quiero decir… peleamos muchas veces. ¡Ja ja ja ja!. Ciertos oficiales de la otra parte… Acudíamos a reuniones que la JMC organizaba; intentaba integrar a la gente como lo había hecho durante los monitoreos. Pero era muy difícil entregar todos tus mapas, o acordar que tal o cual camino fuera a abrirse. Sí, era muy difícil. Cuando el camino era importante, ambas partes podíamos beneficiarnos, pero el Gobierno [solía] resistirse porque tenía más minas [que el SPLA]. Hay minas terrestres alrededor de todas sus guarniciones: minas antipersonales. El SPLA había estado colocando minas antitanques  en los caminos para [dificultar] el apoyo logístico o el avance del enemigo, y así en adelante. Era una situación complicada, pero conseguimos un acuerdo; un acuerdo solo para  [mostrar a la comunidad internacional nuestra buena voluntad].

Bajo la presión de…

Sí, sí: dijimos que queríamos hacer eso, y luego nos unimos –tras el cese al fuego y el Acuerdo Comprensivo de Paz (CPA, siglas en inglés). Podemos ver [ciertos] cambios ahora que hemos integrado fuerzas:  las nuestras pueden entrar en zonas que antes no estaban bajo control del SPLM. Por eso estuvimos de acuerdo en formar parte de un grupo de fuerzas integradas. El Gobierno de Sudán se retirará de ciertas regiones, y la gente quiere regresar a sus granjas. Hay muchos retos ante nosotros, pero me parece que las cosas se están mejorando.

Se está informando a las personas acerca de las minas terrestres. Para enseñarles, cuando realizamos nuestra misión también asumimos la Educación acerca del Riesgo de las Minas (MRE, siglas en inglés). Tenemos un pequeño equipo dentro de las Naciones Unidas; se encargará de informar a otras organizaciones acerca de aquellas áreas donde pueda aplicarse la MRE. Después de esto, otro equipo irá a los lugares para organizar reuniones con la población y decirle: “No vayas a ese sitio y a ese otro; si encuentras una Artillería sin Explotar (UXO, siglas en inglés): ¡no la toques!”. A nosotros nos tocó hacer esto muchas veces. Los equipos de la MRE también están monitoreando el regreso migratorio.

¿Todavía están cobrando víctimas las minas terrestres en las montañas Nuba?

Sí, algunas, pero es difícil dar cifras. [El Reporte del Monitoreo de Minas Terrestres de 2006 menciona 79 víctimas en 2005 en todo Sudán: 16 muertos y 63 heridos. Se considera que estos datos están incompletos; las únicas estadísticas confiables provienen de Kordofán del Sur, a donde pertenecen 48 de las 79 víctimas reportadas, NotE]. Algunas minas fueron colocadas azarosamente, sin mapa. En ocasiones el SPLA enviaba un pequeño grupo de soldados a plantar una mina en algún lugar, pero si alguien se acercaba los soldados se retiraban [dejando la mina en cualquier lugar]. Por parte del Gobierno, podía tomar una plaza, como lo has visto en  Koia, luego quemarla y, justo antes de que el  SPLA lo atacara, colocar las minas terrestres. Nadie iba a decir: “Sí, tenemos minas terrestres aquí o acá…”

Lo que estamos hacienda ahora: tenemos algo que llamamos revisión general, con la cual determinamos de manera global si un área está minada o no.  Después tenemos una revisión técnica con un pequeño equipo de detectores, para determinar el área donde se encuentran las minas [con la mayor exactitud posible]. Una vez que has determinado cada lugar minado, puedes realizar una demarcación. Ésta la hace la Fundación Suiza para las Actividad Relativa a las Minas (FSD, por sus siglas en francés): ella hace la demarcación. Cuenta con un pequeño equipo que reúne información e identifica las zonas posiblemente minadas, o con UXO. Las marcan con cintas o con lo que pueden, e informan a las Naciones Unidas. Este organismo internacional se encarga de localizar a alguien que limpie el área de minas. Al menos éste sabrá en dónde trabajar, y las personas sabrán [a dónde no pueden ir].

Es mucha la gente que comenta que el la limpieza de minas avanza lentamente.

Muy lentamente: hasta los caminos [son aún peligrosos], sólo unos cuantos son seguros. A veces puedes transitar por uno en el que no vas muy seguro. Durante un año nada pasa, hasta que de pronto explota una mina, como lo que sucedió aquí en Kauda. Las personas estaban circulando por esa vía desde hacía un año [sin problemas], y un día una mina explotó. La gente comenzó a culparse entre ella: “El Gobierno está minando; el SPLA está minando”… Era una mina vieja, había permanecido [todo ese tiempo] a mitad del camino [sin ser detectada].

Lo ves: todas las organizaciones que ahora trabajan aquí son demasiado lentas, y yo no sé por qué. A veces puedes encomendarles algo… como lo que sucedió en el área de Kallandi. En 2003 la entregamos a una organización de nombre Ayuda de la Iglesia Dan (DCA, siglas en inglés), de Dinamarca. Hasta ahora, las minas siguen ahí. Hicieron su revisión y después de dos semanas tomaron un descanso, luego vinieron las lluvias, y… Algunas ONGs trabajan sin información, sin una Buena comunicación con la gente del lugar. Algunas personas solo están tratando de obtener [la asignación] de un área, para poder escribir propuestas y recibir fondos; usarán los fondos [de una forma u otra], pero no realizarán [el trabajo].  

Y además están varias compañías comerciales de limpieza de minas: firmaron contratos con las Naciones Unidas, y así podemos seguir enumerando. Pienso que ellas están hacienda un mejor trabajo; [al menos] son rápidas, sea esto bueno o no…  Carezco de más información. Si alguien te dice: “Se supone que debes limpiar desde aquí hasta allá, y te [pagaremos] esta cantidad”, [por supuesto que] te mueves rápidamente. Está Way Com, y también RONCO. RONCO: abrió el camino que va de Um Dorein a Talodi, y de Talodi a Liri, a Malakal. Tienen gran maquinaria, y perros y detectores, así que trabajar rápido se les facilita. También limpiaron el camino desde Abyei hasta Bahr al Ghazal.

Es por esto que estamos solicitando fondos para comprar una máquina grande, para limpiar las áreas a las que la gente quiere regresar ya. Las zonas agrícolas, y otras que fueron ocupadas por las fuerzas militares durante la guerra. Mas lo que en realidad deseamos es contar con una capacidad local, propia, para los dueños de la tierra. De manera que cuando las ONGs se hayan ido podamos hacer el trabajo nosotros, sin que siempre se tengan que estar buscando fondos. El Gobierno también puede participar; puede dar apoyo.
Yo ya renuncié, y fundé mi propia organización: la Acción Relativa a las Minas de las Montañas Nuba, Sudán.  Está registrada en Nairobi, y soy el director de esta empresa en desarrollo. He tenido muchas reuniones, y soy socio de la Industria Way, una compañía eslovaca [especialista en desactivar minas]. Ella tiene una gran máquina para hacer el trabajo, y estoy en proceso de conseguir otra. Pero ahora estamos buscando los medios para transportar a una unidad de desactivación a Sudán. Quizá nos de fondos la UNDP4 Eslovaquia. Si toma en cuenta nuestra solicitud, podremos recibir la máquina en mayo. Es una máquina muy grande: puede realizar mucho mejor trabajo, y más, que las personas con detectores.

¿Entonces tu organización comenzará a trabajar en cuanto llegue la máquina?

Sí. Tengo un acuerdo con el Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas. El UNDP puede apoyar con un programa de entrenamiento de un equipo local para el manejo de la maquinaria, con lo que podremos comenzar pronto. Trabajaré en las montañas Nuba, pero también en Abyei y Nilo Azul. Incluso puede que formemos algunos equipos de desactivadores manuales de minas, si conseguimos el financiamiento. El UNDP ya aceptó apoyarme con los fondos para el entrenamiento.

Como antiguo oficial de enlace debes de tener alguna idea de dónde se encuentran las minas terrestres …

Conozco la mayoría de los lugares, sí.

Te beneficiarás entonces con este saber.

Claro. Cuando comience, realmente me beneficiaré: tengo el conocimiento y tengo muchos amigos en el ejército. Fui comandante entre los ingenieros. He estado en la infantería, y también trabajé un tiempo con los ingenieros

Permíteme precisar esto: ¿colocabas las minas terrestres?

Sí, y ahora vamos a recuperarlas.

El dinero siempre es problema: ¿operarás como empresa comercial?

No, el primer año lo haré como una organización humanitaria para desactiva las minas, porque pienso que muchos financiamientos estarán disponibles para Sudán. Los donadores observarán toda la capacidad con la que cuentas, y [si la consideran suficiente] te apoyarán. Pero probablemente después de un año regresaré al Alto Nilo, a las zonas petroleras. Hay algunas compañías ahí que están buscando desactivadores de minas. Mas primero realizaremos u  trabajo humanitario, para ayudar a la gente. Por supuesto que los donadores también pueden formar parte de esto.

1. Siglas en inglés por “Sudan People’s Liberation Army”, Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés.
2. Siglas en inglés por “Sudan People’s Liberation Movement”, Movimiento de Liberación del Pueblo Sudanés. El SPLA era su ejército. El “/A” que acompaña aquí a las siglas SPLM le corresponde.
3. Siglas en ingles por “Sudan Landmine Information and Response Initiative”. El organismo se formó en 2001.
4. Siglas en Inglés por “United Nations Development Programme”, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

La página de las montañas Nuba fue realizada por Nanne op 't Ende.
Favor de contactarme aquí.